¿Alguna vez se te ha colado un «moco» 🤧 en tus emails?, ¿y un «seto» 🌳?
A mí, sí.
Son ejemplos de palabras que no forman parte de la conversación que estamos teniendo por email, pero que, como en realidad existen, pasan desapercibidas tanto para los correctores automáticos como para nuestros ojitos – sobre todo cuando son las mil y llevamos horas tecleando …🥴 –
La última vez que me pasó acabé jurando en hebreo 🤬, así que decidí buscar una solución más allá de los correctores.
Y la encontré.
Encontré el que, para mí, es el mejor de todos los ejercicios:
👉 LEE CADA FRASE AL REVÉS. DESDE LA ÚLTIMA PALABRA HASTA LA PRIMERA
➡ Así de simple = simple de Así ⬅
Por lo visto, la razón que hay detrás es que nuestro cerebro ha sido entrenado para leer de izquierda a derecha y de arriba abajo.
¿Y qué pasa con esto?
Pues que el cerebro está tan acostumbrado que es capaz de rellenar las letras que faltan e incluso saltarse palabras enteras manteniendo un «discurso coherente».
De locos, pero así es 🤪
La solución pasa por leer cada texto al revés para obligar al cerebro a pensar en lo que lee.
Así tendrá que concentrarse en cada palabra y cada letra, y enfocarse intensamente en la lectura.
(Thanks for the tip, Brian Moore. It’s brilliant!)
¿Conocías este ejercicio?
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